viernes, 28 de julio de 2017

Pez dorado

Un pescador pescó el pez dorado en el mar, pero él pez le prometió que le concedería tres deseos si le dejaba irse libremente. El pescador ya había leído el cuento sobre otro pescador y un pez dorado y así sabía que sus deseos iban a cumplirse de verdad.
-Mi primer deseo es que el presidente de nuestro país deje de serlo.
-Eso no es tan fácil, pero vale, si insistes, te otorgaré ese deseo. Tienes dos más.
-También quiero que mi mujer sea joven y bella como antes.
-Bueno, eso sí que se puede hacer. Hoy incluso la cirugía plástica puede hacer muchas cosas, y para mí, un pez dorado, un deseo de ese tipo es pan comido.  ¿Cuál es tu último deseo?
-Deseo que mi casucha se convierta en un castillo precioso.
-De acuerdo. Ahora solamente dime cómo te llamas y dónde vives.
Esa noche, muchos otros pescadores pescaron peces dorados y casi todos lo primero que deseaban era que su presidente dejara de serlo.

La tarea de la policía muy fácil. Pudieron meter en la cárcel a muchos enemigos del estado.

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