Estaba sentada en el asiento negro de un
automóvil rojo que corría por una carretera gris.
Contemplaba los campos verdes debajo de los
rayos transparentes del sol amarillo, diciendo a los pensamientos oscuros que
se vayan de su mente y dejando que entre la fantasía multicolorada.
Un viento azul, que olía a violetas, y venía
del mar, acariciaba su pelo marrón.
Las nubes blancas navegaban por el cielo agua
marino.
Al lado de la carretera gris había muchas
casas pequeñas y amarillas, con tejados anaranjados.
Deseó que la sensación luminosa que de
repente apareció en su pecho durara para siempre
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